Cuando mi hija tenia 14 años le apasionaba hacer sudokus y hubo uno que se le resistió un poco. Por aquel entonces yo era dueña de una merceria donde daba clases de patchwork y a ella le gustaba mucho revolver las telas que tenia en la tienda. Le animé para que hiciera una labor y he aquí el resultado que hoy en dia lo tiene como cabecera de cama. Yo siempre le llamaba agatita ya que le gustaba mucho el color y prueba de ello es esta manta.
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